Te presentamos uno de los cuentos populares adaptados a los tiempos de Sofisticada. No tendréis temporada hasta junio (exámenes, lo sentimos) pero tenéis CUENTOS POPULARES.
"Porque Blancanieves era muy Mainstream"
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Las montañas
recortaban un paisaje de nieve que encerraba el castillo del rey que siempre se
presentaba a sus siervos como el más bondadoso y misericordioso de los líderes
pero que maltrataban como el peor a sus concubinas. Su hija, una niña puramente
prostituta pero princesa, era conocida por como atragantaba a los pájaros con
su estridente canto. Su madrastra, inconcebible pero rubia.
Hijos,
como habéis podido predecir ERA YO. Soy perfecta y vivo en TODOS LOS LUGARES.
Jiijji. La cosa es que allí por el castillo no había mucho mozo, porque mi
padre los ahorcaba antes de que llegasen a las murallas por ser unos
prostitutos. Tampoco tenía amigas porque me tenían HEMBIDIA (así escrito, eran
de pueblo) así que lo único que hacia era hablar con mi espejo, hasta que un
día estuvo hasta los cojones de mi y me acabó contestando. Entonces lo vio mi
madrastra.
Yo, como niña tonta que era, no me enteraba de nada y me dedicaba a
hacer explotar pajaritos y otras especies que se atrevieran con mi tono de voz.
Era feliz. Aquella prisión con prostitutos en todas partes me hacía feliz. Era
especialmente feliz con un prostituto llamado Cazador. Cazador tenía veinte
años y era lo más tronco que había visto nunca. A mi me gustaba tirarle. El
tronco digo. Da igual. Continuando con la historia: mi madrastra se hizo amiga
de espejo como ya os he dicho. Aquello fue el principio de mi fin de semana.
Mi idilio con Cazador cada vez
era más intenso: él trepaba hasta mi habitación, y yo le decía que podía subir
en ascensor, que no le costaba, pero quería hacerlo romántico. Pasábamos las
noches juntos, abrazados, con las manos entrelazadas, mirando la luna,
dedicándonos versos de amor, mirándonos a unos sinceros ojos y follando. Como
follaba el cazador. Aiaiaiaiai. Tras una noche desfogada me miró a los ojos, y
con su tono de voz tan grave y varonil me dijo “cariño, quiero tu corazón”. Que
bonito. Era demasiado literal, pero eso lo supe más tarde.
No es que quisiera mi corazón es que quería
arrancármelo. Y la ropa. Y mi impunidad vaginal. Y todo. Pero en el fondo de su
tronco me quería. Me dejó huir y yo me perdí en el bosque. Tuve que vivir a
base de hierbas durante toda una noche. Me hice drogodependiente. Y amiga de un
búho. Cené setas y lo último que recuerdo de aquella noche es despertarme en
siete camas. Si hijos, a la vez. Yo podía con todos y al mismo tiempo, aunque
no tuviera agujeros varios en bukakke lo aprendí instintivamente.
Pero
luego me explicaron todo: me levanté y empecé a gritar como una loca, diciendo
qué cojones pasada, trolololo tralalalala y entonces aparecieron siete personas
¡Pero eran enanos! Les pregunté que qué tal había ido la búsqueda del anillo y
que tal su representante allí en Mordor, Gimli. Me miraron con cara rara y me
dijeron que eran los siete enanitos, traficantes de droga y en sus tiempos
libres iban a una mina a ponerse hasta arriba de polvos sulfúricos y a
conseguir diamantes para conseguir más droga. Les pregunté que si habíamos
follado. Dijeron que no, que sólo con uno, con Pollito. Hijos, la ley de la L
con ese tío se cumplía, men… me he ido.
Apunté a
eso en mi lista. La postura del pollito no había existido hasta esa noche
pasada. Da igual. Me hicieron su doncella. Me dedicaba a fregar, barrer, pasar
el polvo, pasar el polvo, limpiar el general y ahh, sí: pasar el polvo. También
cocinaba y arreglaba la casa con lacitos rosas cuquis. Además, estar en pleno
bosque me permitía seguir con mi afición de cantar. De reventar pájaros. Esas
cosas.
Mi
madrastra supo al rato donde estaba: había iniciado un movimiento para impedir
que el color naranja se supiese en las paredes, y que se sustituyese por el
color rosa, porque las paredes son naranjas, y no rosas. Creo que poner
carteles con mi cara y un YES, WE PINK no fue la mejor idea. Ella mando a una
vieja que luego descubrí que era ella, y
me dio un lazo. Era muy bonito y me lo puse en la cintura porque soy subnormal
y en el cuello no quiero ponérmelo. Cuando se fue, riendo malvadamente sin
entender yo por qué, ese lazo cobró vida y empezó a apretarme. Vomité la comida
de dos días antes de que llegaran mis salvadores, con una tijera más grande que
ellos, y me cortaron el lazo que me ahogaba. Ahora Lazo tiene una vida feliz y
cinco hijos, trabaja de camionero. Me alegra que haya dejado su vida de asesino
revienta tripas.
Agradecí
a mis salvadores su ayuda limpiando el polvo con más entusiasmo que de
costumbre, pero el auténtico ataque que pondría en peligro mi vida y la del
color rosa en la humanidad se estaba gestando. Durante ese tiempo de gestación,
nueve meses exactamente, me dediqué a organizar un coro con los siete enanitos;
me venía muy mal el número ya que no los pude organizar en octavas, pero con su
ayuda conseguí modular mi voz para no reventar pájaros. Sin embargo las
cigüeñas seguían cayendo por mi canto celestial. A los ocho meses la gestación
de ese mal se vio interrumpida por la explosión de una linda cigüeña enfrente
de mí. Sí hijos, hubierais tenido un hermano cuentista clásico de Disney. Pero
ya da igual. Inauguramos un concierto de año nuevo.
El
padre, claro está, era Pollito. O Cazador. No sé cual de la dos. Pero supe de
nuestro amigo Cazador en breves momentos. Dormía como lo hacía Marilyn Monroe:
desnuda, y con dos gotas de Channel. El problema es que me tuve que aguantar
con una colonia barata que olía a alcohol de curar y allí no había maquinillas
por lo que… hijos, parecía Chewacca recién salido del cascarón uteril de su
madre. Dormía con las piernas en cinco camas cuando le vi entrar por la
ventana: le dije que usara el ascensor, pero me dijo que no le gustaba la
musiquita. Él siempre tan especial. Él siempre me quiere.
Abrí
los ojos y sentí la lejanía del tronco. Tenía que verle. A Cazador. A los prostitutos
de las murallas. A mi papito. A la bruja puta que se había prostituido con
Espejo. A todos. Pero era imposible. Mi deber con el nuevo coro me impedía
viajar a mi palacete. Me entretuve limpiando el polvo, como solo yo sabía
hacer.
Dejé
de limpiar cuando estaba ya todo limpio (incluso el roble ese que estaba al
lado del monte del Destino) y cogí a mis enanos, yéndonos todos a América. Allí
llegamos al estrellato: hicimos un remix con Pitbull. Ellos se quedaron allí,
pero yo volví, porque el peso de la fama no me gustaba. Y encontré algo raro.
Parecía una manzana, pero realmente era UN DRAGÓN MUTANTE QUE ESCUPÍA FUEGO Y
ALETEABA FUERTEMENTE, CON CINCO JINETES MONTADO EN SU CORNAMENTA Y EN SU SILLA
DE… ah no, era una manzana. Sí. Es… era… una manzana. Sí. Sí.
La
manzana tenía muy buena pinta y la foto de la ancianita al lado de la fruta era
muy agradable. Cogí la bola roja roñosa con surcos negros y montañitas blancas
del suelo. Era tan apetecible. Al mismo tiempo, levanté la foto de la simpática
ancianita con cinco arrugas en la barbilla, ojos peidos y pelos en la nariz sin
llegar a ser bigoteros. Enanitos tardaron poco en volver, no podían vivir sin
ver como limpiaba su casita, que majos. Justo escuchaba su canto en octavas de
siete cuando decidí probar tal exquisito manjar. Lo que menos me imaginaba es
que aquel mordisco me iba a sentar tan mal e iba a tener diarrea. No me dio
mucho tiempo para sentir las nauseas. Me desmayé. Caí al suelo rodeada del
polvo que, sin saber cómo, había reaparecido.
Los
enanitos no tuvieron otra ocurrencia que meterme en una puta urna de cristal.
No podían haber pedido ayuda, ni haber intentando reanimarme, no: me meten en
una puta urna de cristal. Me dejaron en medio del campo y claro, se me llenó de
polvo toda la casa, y la tumba, el bosque, todo se llenó de polvo. Pero yo sigo
en mi puta urna de cristal. Yo dejaba pasar el tiempo en mi inconsciente con
canciones tipo “La ramona pechugona tiene polvo por casa, ramona, te quiero” y
esas cosas. Tonterías. Trolololo. Entonces llegó. Y me salvó. Yo le llamo
príncipe, pero todos sabemos que era un asistente de limpieza contratado por
los enanos.
Principe
Verde (porque de limpiar tanta mierda había
pasado a ser del azul del agua estancada) me frotó la urna de cristal: ya era
hora de poder ver más allá del polvo que me rodeaba. Me limpió la cara: tenía
legañas de limpiar polvo y no frotar la cara. Me cambió el vestido…. Da igual.
Era tan encantador. Lo que me enamoró de él fue que me quitó una mota de polvo
de mi bigote con un pañuelo suyo empapado con saliva. Luego me besó. Yo le
besé. Su lengua sabía a detergente de “Bosque Verde” era príncipe pero compraba
marcas blancas, como yo. Me pidió casarme con él para fundar una empresa de
limpieza, él era príncipe de “Un lugar lejano” que estaba a diez minutos de mi
reino. Pero no sabía si a mi padre le gustaría que me dedicara a limpiar siendo
una princesa prostituta.
Hijos, mi padre dejó que nos casáramos y bueno, fundamos la empresa de
limpieza. Limpiábamos polvos, nosotros nos los echábamos y luego los
limpiábamos y así sucesivamente toda nuestra santa vida. Los enanitos se
hicieron famosos y se hicieron llamar los Enanos brother. A veces me liaba con
Pollito, pero era demasiado Poll… ito. E hijos, nuestro casamiento se hizo en
el palacio de su reino muy lejano (que era una mierda, pero yo le quiero por
como es, no por lo que tiene) y limpiamos perdices y vivimos felices con polvos
rodeándonos, haciendo que nuestra vida tuviera sentido.
¡Me encanta! Me habéis hecho reír un montón durante toda la anterior temporada. Me los he leído todos hoy, pero me daba vergüenza comentar porque sois geniales y si os dijera algo me sentiría como una estúpida fan que intenta hablar con una estrella muy famosa. Pero no podía dejarlo así, sin deciros lo maravilloso que está. Se lo he pasado a todos mis amigos, y estas dos horas y media que me he pasado leyendo han merecido la pena, de verdad.
ResponderEliminar¡Os adoro, enserio!
¡Muchisimas gracias! No somos famosas, somos algo peor: somos estudiantes de universidad con examenes xD
EliminarEn serio, muchas gracias, esto nos anima a continuar escribiendo día sí y día también para que os podais reir con nuestras incongruencias :D