Lo siguiente que tengo que decir es que ya falta poco para acabar la vida de Sofisticada: la idea estaba en alargarlo más, pero dentro de poco cada una se va de vacaciones y no vamos a poder escribir más, aparte de que las vueltas que hemos dado a la historia han hecho desembocar en un sólo posible final. Espero que lo disfruten lo que quedan, porque ha sido una buena experiencia.
Recordad: Dos escritoras, dos párrafos diferentes =D
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Desembarqué en
Portugal (sí, fui de España a Portugal en barco porque MOLO UN MONTÓN) y allí
conocí a Dos Santos Pradeiro, un hombre apuesto y galán que intentó seducirme.
Me dijo “Hola lelelel elelel (es que no sé cómo hablan los portugueses) y me
regaló una toalla. Muy bonito todo. Tan bonito que cogí mi globo aeroest… que
me fui a Finlandia, ya que… conseguí saber que allí estaba el amor de mi vida...
vuestro padre.
En Finlandia
se me congelaron las ideas. Me quedaba tonta bajo la aurora boreal pensando en
mi misma y en vuestro padre. Mi imaginación me jugaba malas pasadas imaginando
lo que sería de mi vida si lo encontrara. Nuestra vida. Empezaba a sonreír como
una tonta. Como lo que era por dejarme caer otra vez en el mismo juego.
Hijos míos,
como me dicen que me enamoro fácilmente os voy a contar un capítulo corto de mi
vida, pero muy intenso: fue en Finlandia donde conocí a Hareclox (me dijo que
su nombre se lo pusieron por un generador de nombres de internet que… bueno, al
grano, dijo la crema antiacné). Le conocí, pasamos noches juntos, a la luz de
las velas (bueno, y del calentador, que allí hace mucho frío) y tras ocho
meses… me pidió matrimonio. Yo ya estaba un poco vieja (calcular los años si
queréis, pero que tienen que ser muchos) y… le dije que sí.
El matrimonio
terminó en desastre…como toda relación que hubiera intentado en mi vida… pero
en Finlandia encontré la paz, el tiempo suficiente para descubrir qué quería
hacer con mi vida: trabajar de psiquiatra en esa tierra que prometía
tranquilidad. Allí todo el mundo esta deprimido porque necesitan algo de Sur
para sentirse bien en el Norte. Yo quería encontrar mi tranquilidad ayudando al
resto. Fue en mi trayectoria en esta nueva profesión cuando coincidí con el
hombre que buscaba sin querer.
Trabajé en el “Psykiatriset hullu harvinaisia.” Que
en finlandés significa algo como “Psiquiatra de locos rarunos”. Iba andando
feliz y contenta, tirando la comida a los locos y gritando en sus celdas,
confundiéndoles o dándoles cuerdas para que se suicidaran. Me nombraron
“Enfermera del mes” porque dejaron el psiquiátrico muchos pacientes. MUERTOS,
LO DEJARON MUERTOS, PORQUE SE MATARON POR MI, MUAHAHAHAHAHAHA. Y lo conocí. Por
fin. Esos ojos verdes, esa mirada perversa, ese baile sensual…
Fue una noche
de verano bajo las estrellas, en el jardín de atrás de la residencia….el verano
en Filandia tiene noches muy cortas…pero esa noche se quedó en un suspiro entre
nuestro aliento…su pelo entre mis manos sus manos en caricias, sus brazos, mi
cuerpo, el suyo… el nuestro… Fue un encuentro sin premeditación, pero soñado
desde el primer cruce de miradas antes de conocernos.
Cogió su
caballo y huyó entre la noche blanca que asolaba Finlandia, perdiéndose en la
espesura de un horizonte hermoso. Lelaki dengan Nama Tiada se hacía llamar.
Pero nuestro amor.. nuestro amor no tenía nombre. Y el sexo, hijos míos…
increíble vamos. Direis ¿De nuevo se ha vuelto a ir? Sí. Hijos, nuestro amor no
está destinado a estar siempre junto, pero sí a buscarse… y a encontrarse. (OH
QUE HERMOSO ES ESTO). No, en serio, huyó al verme desnuda.
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