lunes, 4 de junio de 2012

Capítulo 6. Segunda temporada.

Lo primero que tengo que hacer es pedir disculpas por no haber subido capítulo el viernes. La vida real nos llamó a la puerta y se nos olvidó completamente... PERO NO NOS DEMOREMOS MÁS!!
Antes de nada me gustaría decir yo, parte de este blog y @comoestaelmund0, estoy trabajando con mi amiga en LA MEJOR HISTORIA JAMÁS CONTADA (por nosotros). Puedes participar en la historia, INFORMATE


No has leído la primera temporada? PUES TOMA EL PDF
¿Te pierdes? PUES TOMA LOS CAPÍTULOS
¿Quieres el libro? PUES TAMBIÉN TOMA ENLACE
¿Nos quieres seguir desde twitter? @Comoestaelmund0 @CCAVP_oficial
AHORA TAMBIÉN DESDE EL WATTPAD (QUE POR SITIOS NO FALTE) AQUI


Días de publicación: Lunes, Miércoles, Viernes


¡POR CIERTO!: Teníamos que deciros que nos gustaría que os involucraseis más en la historia. Por eso hemos decidido que, quién quiera, puede darnos ideas al correo de lavidaensofisticada@gmail.com, en plan de "Eh, quiero que vaya al polo norte y se lie con un oso" Pues nosotras llegaremos a ese punto. ¡Así será más divertido




---------------------------------------------------------



Hijos, quizás os he engañado diciendo que Robert quería matarme. El tiempo que estuve con él conseguí ver como ideaba la muerte de una tal Sofisticada… quizás no era yo, quizás… La cosa es que contraataqué. Tenía la planta en mi poder, a Esteban viendo una película en el cine mientras limpiaba las palomitas para comer y a Robert en mi casa, sentado en la mesa, sacándose un moco como si no lo viera. Era mi hora. La hora de la venganza.

                Todo comenzó el día que leí esos cuadernos de su escritorio. En ellos describía con todo lujo de detalles morbosos como pensaba asesinarme: empezaría atrayéndome a un lugar poco transitado con un color de ojos postizo, cautivarme y conseguir que cayera en su red para utilizarme hasta que le sirviera para llegar a lo más alto de este mundo, entonces me mataría de una escandalosa forma para conseguir fama al ser la pareja de una escritora de tal prestigio. Yo no iba a caer tan bajo de matarle. Pero sí de vengarme. Deslicé los polvos mágicos, no de los que él esperaba, por su plato de  rissotto. Al poco cayó dormido. Al poco se despertó gritando sin poder abrir los ojos. Al poco se quedó sin vista. Al poco el color de ojos cambió. Al poco los dos estábamos terminando de cenar como si no hubiera pasado nada.

                Sonreí cuando miró la comida con extrañeza y confusión. Sonreí aún más cuando vi el color de sus ojos: uno verde y otro rojo. ¿Qué? No me miréis así, es una venganza extraña, pero se había hecho pasar por el amor de mi vida. Además, todos sabemos que no contratan a nadie con ojos de distinto color en los periódicos. La cena continuó como siempre, y cuando era hora de marcharse le di una caja, que pedí que no abriera hasta que llegara a su casa: en ella había una nota que ponía “TE DEJO, JODETE AL REVÉS” y un espejo al lado para que viera lo que había ocurrido. No sé si lo leyó, pero por lo visto sí, ya que no volví a saber de él… durante un tiempo. No había acabado todo desgraciadamente, hijos míos, porque Robert y Anker se conocían… y eran lo mismo.

                Era el colmo que ahora además de tener un ojo rojo y otro verde, tuviera que combinarlo con pelo marrón oscuro… pobre. Sí, porque Robert era un perro-lobo como Anker. ¿Que cómo lo hacía yo para acabar con gente tan extraña? Quizá es porque yo también lo era. Por aquel entonces decidí dejar por un tiempo la búsqueda del amor de mi vida, aunque en algún momento debería acomodarme en algunos brazos para siempre, ahora tenía un reportaje muy interesante entre manos. Y se supone que a Anker no le importaba ser mi amigo. Había llegado el momento de afrontar mi pasado con las armas de mi presente para construir mi futuro.

                Tras esta última metáfora os diré que fue el mayor salto de mi vida: contar la historia de los perros-lobos, sacarlo a la luz, mostrar al mundo que esa gente también existe. Comencé quedando con Anker, lejos de Erik, del que no supe nada durante meses. Esquivaba a Robert, ya que era fácil de ver. Y poco a poco fui haciendo un libro sobre los perro-lobos que vendería millones de ejemplares y que, desgraciadamente, sería un busca y captura para ellos. Pero no me importaba: Anker era especial para mí, y el otro me daba un poco igual. Salvaría a Anker, acabaría con Robert… todo era perfecto. Hasta que, un día cenando con Anker, me habló de uno de su clan, peligroso, salvaje, llamado Rover: rojo-verde. Irónico ¿Verdad?

No hay comentarios:

Publicar un comentario