Capitulo 3

Hola de nuevo amigos!! De nuevo estamos con nuestra protagonista, que se quedó contándonos cosas sobre Erik el chaval que vivía en su casa. Espero que os guste y ya sabéis! Dos escritoras, un párrafo cada una. 

Publicaremos los Lunes, Miércoles y Viernes, si todo va bien. Y os avisaré por twitter, aunque por si acaso suscribiros si queréis seguir la historia completa. 

LOS CAPÍTULOS ORDENADITOS

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-Dilo en voz alta.- me dijo.

-Vampiro…

-No puedo estar contigo, pero te quiero y como soy yo, estaremos juntos para siempre; lo eres todo para mí… ¿cómo te llamabas?

-Erik, me llamo Erik… mira cariño… Sofisticada… - Sí, me llamaba Sofisticada, pero entre amigos soy la Sofi – Yo estoy aquí para una misión vampiríca muy importante. Nos han robado la purpurina a mi familia y sabemos que los vampiros que lo han hecho están aquí, en España, son unos contrabandistas del este malos malosos.

-Oh, Erik – dije con voz multiórgasmica para demostrarle mi poderío en la cama – Yo te ayudaré. Yo, yo te quiero con la fuerza de los mares.

-Entonces vamos al polideportivo donde nos hemos citado, amada mía

Sí, nos habíamos citado, nosotros, nosotros dos: mi alma y la suya, que fueron una en ese deportivo, con o sin purpurina, me sedujo con su blancura y fortaleza, con sus brazos… Hijos míos, esto no os interesa. Una vez salimos del deportivo un grupo de “fanssnáticos” intentaron jugar con nosotros pero Erik llamó a un ejército de sirenos, es que había tenido una relación rara con una pelirroja con cola; yo le dije que lo de los vampiros me lo creía pero que las hermafroditas eran más difíciles… Me dijo que Lady Gaga existía y que el “gaga”… volvimos al deportivo para… emmm para evitar a la marabunda de locas que le querían mientras se liaban con las colas del ejército de Erik.

Erik estuvo peleando con el jefe de la banda con su fuerza y bravura, pero yo huí de allí. Tenía miedo, y lo siento, quería mucho a Erik, pero no lo suficiente como para enzarzarme en peleas raras con bichos que deberían morir bajo mi poder ancestral. Cuando llegara al poder los mataría. Y a los de letras. A todos. Bueno, eso, hijos míos, hui cual hijo del viento y me meti en mi casa, cogiendo lo primero que pillé de ropa y yéndome a otro país sin dar explicaciones a mis padres, aunque mi padre dijo que dejara de prostituirme y que seguramente tenía SIDA: Father Love. Cogí un vuelo a Nigeria, el primer lugar que pillé, y donde me sentiría integrada entre sus gentes, y me fui para allá. Por eso, hijos, tengo ese cuerno de mamut colgado detrás de la pared. Pero eso es otra historia que os contaré más adelante.

El sol, las jirafas, los elefantes, los tigres… todo animal salvaje me recordaba a Erik; Erik y su belleza extraña, animal, intrigante, deliciosa… Lamenté haber copulado con él más de tres veces; muchas más de tres… pero ahora sentía esa lejanía de más de mil km como si fuera el doble… pero tenía que seguir adelante, su manada de osos asesinos podían haberme matado… Seguía viva, pero sabía vivir sin él ahora que había vivido lo que era ser con él.

Me adentré en la selva que estaba cerca de dónde vivía para vivir y conseguir comida y cobijo entre los animales del bosque. Creo que maté a George de la Jungla, pero me da igual. Estaba delicioso. Bueno hijos, estuve saltando de árbol en árbol hasta que alguien me paró: era un hombre apuesto, sin camiseta, pintado de arriba abajo y parecía tener mi edad. Se llamaba Unga Unga. Realmente decía a todo Unga Unga. Pero este hombre no importa porque murió asesinado por un tigre de Bengala que no sé que hacía por ahí. Después de huir de ese tigre llegué a un poblado habitado por seres que comían personas. Pero el jefe se enamoró de mi.

Y estar enamorado en esa tribu subdesarrollada era decir que te gustaba alguien, y si algo te gusta…pues te lo comes…y sus mordeduras eran demasiado literales… me metieron en un cacerolo cual tribu aborígenes mete a Jack Sparrow para merendárselo..comer loros… qué caníbales… Pero eso es algo que no venía a cuento, hijos míos. Me maniataron, me agarraron por la cintura de la forma más descortés y primitiva que os imaginarais, me tiraron y me encendieron… pero entonces apareció él, yo pensaba que ya estaba muerta y que había ido al infierno…pero no, él era real, él estaba conmigo, él me cogía delicadamente secando la humedad como podía, el acababa con los caníbales con una sola mirada grisácea. Él era mío y yo lo sabía…