jueves, 2 de febrero de 2012

Capítulo 2

El capítulo original es bastante largo, por lo que lo hemos cortado en varias partes. Hoy va la primera parte del capítulo tres (por eso se queda de una forma tan extraña y tal) en la próxima entrada pondremos la siguiente parte. Recuerden: dos autoras, cada una escribimos una parte :)

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El Sol se ponía cuando conocí a ese chico que cambió mi vida; una brisa de aire fresco recorrió nuestras miradas cuando nos cruzamos en el paseo al lado del mar esa tarde de verano… Él se convirtió en todo para mí después de esa tarde… él fue mi aliento durante mucho tiempo, él fue…

                Él fue mi nuevo perro, al que llame Cuasimodo, por mi anterior perro. Me acuerdo que lo encontré al lado de la playa, muerto de frío y comiendo un pájaro degollado por él mismo. Le cogí en brazos y me lo llevé a casa, feliz por tener a alguien nuevo en la familia. Pero resultó que tenía amo. E, hijos, ese amo… no era vuestro padre, pero madre mía.

Aunque no fue en ese dueño sesentón, con patillas de escándalo y boca caída en el que me fijé; fue en su hijo, ese chico argentino, que me enamoró en un único paseo a las orillas del Atlántico, ese chico que fue algo más que mi mejor amigo esos días de verano…

                Tras un año de relación y cuando hicimos nuestro primer aniversario decidí llevarle ese verano a mi casa, a España, para que mis padres lo conocieran y pudieran establecer la fecha de la boda y mi prueba de la sábana. Se lo dije ilusionada, a lo que me respondió “Ché boluda, la concha de la lora me alegro de vos te doy mis diez” Y así cogimos el primer billete de avión que salía del aeropuerto y nos fuimos. Pero resultó que el primer billete no era a España, sino a Moscú. Allí hacía mucho frío y, cariños, vuestro futuro padre se quedó en Moscú, se cambió el nombre por Dominick y decidí abandonarle porque era un borracho.

Moscú enfrió mis ideas, le quería pero cada golpe, cada verso escrito para él no tenía fundamentos cuando las siglas JB entraban por la puerta de nuestro hogar… Y sí, hijos, ese chico era de JB y borracho, pero no de alcohol, sólo de canciones de bebés gimiendo. Le quería, un año de relación me había enseñado que un acento bonito hace que las fulanas se derritan por lo que más quieres en este mundo y que ese boca con o sin acento, te pude hacer las persona más feliz del mundo por… palabras; palabras que hiela el frío antártico de Siberia…

                Decidí volver a España después de ese viaje tan largo y agotador. Cuando llegue a mi casa mi madre me dijo que estaba muy delgada y me preparó algo de comer. Mi padre me dijo que era una zorra y que a ver cuando me casaba y mi hermano simplemente estaba jugando al World of Wardcraft. Pasé de todos ellos y pensé en volver a la Facultad, a seguir con mi carrera con tanto futuro, pero entonces me contaron algo: “Hemos alquilado tu habitación a un chico que está de intercambio, de Dinamarca. Se llama Erik. Duerme con él, zorra frígida y no hagáis la cop…” Vale papá. Lo he pillado.

Me dirigí a mi habitación y me encontré con el príncipe azul que cualquier chica normal como yo sueña cada día de su vida; supe que no íbamos a llegar a nada porque era como una columna de mármol, tan blanco, tan duro… era alto, muy largo como un faro que mira desde lejos cuidando a los barcos descarriilados como yo; era imposible, con este chico de ojos grises no podría tener nada, era demasiado antinatural, era demasiado vamp…
-Dilo en voz alta.- me dijo.

3 comentarios:

  1. Era tan vamp...
    -Dilo en voz alta
    JAJAJAJAJAJJAJAJAJAJAJAJAJA me mueeerooooo

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  2. PUAJAJAJAJAJA ES QUE ME PARTOOOOOO OS PIENSO PETAR TODO. ¿SABÉIS LO QUE SIGNIFICA TODO? T O D O.

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  3. jaaaaaaaaaaaaaaaaaajajajajajaja dios n serio os gusta cuidar ls detalles... xDD

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