lunes, 20 de febrero de 2012

Capítulo 8


Lo primero pedir disculpas por no publicar el viernes, hubo un lío y al final yo no tenía el documento y mi compañera se iba a su casa muy tarde. Pero aquí teneis, la siguiente historia de SOFISTICADA POWEH
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Recuerdo que fue a mediados de mayo cuando acabé con la única amiga que recuerdo haber conocido en esta historia; lo único que me quedó de ella fue un mechón de pelo rojo en mi mano y todavía un corazón que sigue desconfiando de la amistad.
Todo ocurrió cuando me quedé sin gasolina de vuelta a España y ella se ofreció a acercarme a Jerez de la Frontera porque quería ir a por vino y le pillaba de paso… en el camino hablamos de todo; si pensáis que tengo mucha experiencia en temas amorosas ella era… ella era una futura monja de clausura (iba a por el vino de la eucaristía) y entendía de amor; un amor que yo quería entender y que ella podía mostrarme: una verdadera amistad, el valor de una sonrisa sincera o la tranquilidad de la confianza.

 Vamos, hijos, lo que quiero decir es que era una pagafantas. Era fea, gorda, hablaba raro y le olía el aliento. Vamos, es que era un bicho que yo no la tocaba con un palo si fuera un tio. Se me metería para dentro la poll… hijos, eso no es lo importante. Os preguntareis por qué me dejé de hablar con ella. No os lo vais a creer, pero discutimos por un tío. Al final terminé cogiendo sus cosas y tirándolas por la ventana. Y a ella por la proa del barco dónde íbamos cuando me confesó que se había liado con… no me acuerdo del nombre, ahora que lo pienso.. solo recuerdo que era fea hijos, fea como Golum recién levantado.

De ella aprendí que no podía fiarme de las apariencias; las monjas llevan sotana porque pueden enseñar lo más profundo que pueden ofrecer a alguien.
Yo creía que el ex novio de la Waka Waka podía aportarme a mi vida, la emoción, la rivalidad, el apego, los goles que necesitaba para seguir viviendo después de lo de Erik y el hijo del profesor del doble grado de mi primera Universidad, aquello que ellos no habían conseguido ofrecerme… pero aquella monja se adelantó en un penalti.

Y lo peor de todo es que no pude hacer nada. Ella se tiró al tío, que juraría que se llamaba Damián. O caimán… ah no, murió comido por un caimán, pero se llamaba Damián. Sí. Damián y mi amiga hicieron el amor y… se quedó embarazada. De dos mellizos. No sé cómo serán físicamente, pero como se parezcan a la madre van a tener un futuro de mierda. Es que era fea hijos, pero fea de cegarte, de sangrar por los ojos. Decidí centrarme un poco más en mi vida, ajena a toda esa mierda, y volví a mi antigua Universidad y a mi antigua carrera. Y de nuevo a empezar con mi primer amor, el que siempre creí que era el hijo de mi profesor de Derecho Biológico Romano…

Uno de los momentos más bonitos que recuerdo de mi vida fue cuando entré de nuevo en esas antiguas aulas. Él levantó la mirada hacia la puerta y la habitación tomó un nuevo tono… el que parecía empezaba a tomar mi vida al volver a ver esos ojos… Fue como si nada hubiera pasado entre nosotros, en realidad no había pasado nada lamentablemente pero como si fuera mi primer día de clase, para que me entendáis, hijos míos. Como iba diciendo, él al verme se levantó de su asiento y me abrazó: te he echado de menos, me dijo. Y yo volví a sentirme una niña en sus brazos.

1 comentario:

  1. Gollum se escribe Gollum, no Golum. Y es súper mono, es mi novio y me lo tiro cuando quiero así que me ha molestado bastante que hayáis hecho esa comparación T.T
    Ya os he conseguido tres nuevas lectoras. ¡Sois las mejores!

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