viernes, 8 de junio de 2012

Capítulo 8. Segunda temporada


TENGO QUE ADVERTIR QUE AHORA ES CUANDO LLEGA LA LOCURA TRANSITORIA Y ESTOS ESCRITOS SON RAROS, ASÍ QUE NO OS ASUSTAIS. YO QUERÍA HACER UNA COSA CON ANKER, MI COMPAÑERA OTRA, Y BUENO, SE PUEDE DECIR QUE NO TENÍAMOS NI IDEA DE LO QUE IBA A ESCRIBIR EL OTRO. DE NADIS OS QUIERO.

Antes de nada me gustaría decir yo, parte de este blog y @comoestaelmund0, estoy trabajando con mi amiga en LA MEJOR HISTORIA JAMÁS CONTADA (por nosotros). Puedes participar en la historia, INFORMATE


No has leído la primera temporada? PUES TOMA EL PDF
¿Te pierdes? PUES TOMA LOS CAPÍTULOS
¿Quieres el libro? PUES TAMBIÉN TOMA ENLACE
¿Nos quieres seguir desde twitter? @Comoestaelmund0  @CCAVP_oficial
AHORA TAMBIÉN DESDE EL WATTPAD (QUE POR SITIOS NO FALTE) AQUI


Días de publicación: Lunes, Miércoles, Viernes


¡POR CIERTO!: Teníamos que deciros que nos gustaría que os involucraseis más en la historia. Por eso hemos decidido que, quién quiera, puede darnos ideas al correo de lavidaensofisticada@gmail.com, en plan de "Eh, quiero que vaya al polo norte y se lie con un oso" Pues nosotras llegaremos a ese punto. ¡Así será más divertido




---------------------------------------------------------



Hijos, el final de Anker cada vez está más cerca. Claro está, este no es vuestro padre, pero hijos, lo recordaré siempre como el amor de mi vida, la persona con la que compartí tantos años y esas gilipolleces que se dicen cuando eres joven. Murió una noche de verano colombiana, a manos de Rover, que murió justo después que él. Y claro, como estais pensando ahora mismo, Erik también tuvo parte de culpa. Hijos, es un episodio muy negro, pero es importante porque…. ANKER MURIÓ.

La muerte de Anker fue un episodio que aún hoy me acompaña cada día… Es el tipo de amor que no se olvida porque forma parte de ti, porque eres tu misma en esa otra persona. Por tanto, cuando la otra persona muere o se simplemente se aleja, se lleva la parte de ti que está con él. Pese a ser una muerte anunciada no dolió menos. Cada noche los tintes bermejos se apoderaban de mis sueños y me hacían gritar en mitad de la noche por la ausencia de él. Pero eso ausencia era momentánea, el segundo que Anker tardaba en desvelarse conmigo y abrazarme. Aun recuerdo sus abrazos, sus caricias, sus besos… sus susurros sus miradas… Lo siento hijos… aún siento como mis ojos se empeñan al compás de sus recuerdos.

Soñaba todas las noches con su muerte: era en un descampado, con cinco árboles que eran pinos o no sé qué eran, pero parecían pinos, tenían esa forma pinal tan característica… y oh, también había un lago, con agua putrefacta, pero lago, un lago estancado donde brillaba el reflejo de la luna, junto a un vagabundo que pedía al lado de un caballo. Todo muy Lorquiano, vamos. Anker estaba en medio del descampado, con los brazos desnudos, muy enfadado. Mostraba los dientes de su forma perril mientras siluetas lo apuntaban con una pistola. Era incapaz de ver todas las siluetas, pero reconocía una de ellas…

Podía reconocerla pero no podía ser verdad… Me despertaba todas las noches empapada en sudor con el nombre de Erik en mi boca desgarrando mi conciencia. Luego era Anker el único que me conseguía tranquilizar. No llegué a contarle jamás esos sueños, pero él como buen amigo sabía que pasaba algo. Tampoco me presionó en ningún momento para que le contara nada. Los días fueron duros en ese país, Anker y yo ideábamos como hacer frente a Rover. Además del miedo que empezaba a tener a mis sueños, el estrés por conseguir acabar con el nuevo clan de los lobos y mis sentimientos contradictorios con Anker; Esteban estaba muy raro los últimos días, se ausentaba mucho y volvía con cajas y cajas precintadas, además de que su humor se había vuelto muy susceptible las últimas semanas. Mi vida empeoraba por días, sólo pude aferrarme a lo que quiera que fuera el sentimiento que compartía con Anker.

Yo quería mucho a Anker. Le sacaba a pasear, pero él también estaba preocupado: uno de los días en los que yo estaba leyendo un libro mientras cantaba a la vez que bailaba con un león domesticado llegó a casa, con arañazos por todo el cuerpo, golpes y la camiseta desgarrada. Me miró, con preocupación, y yo también le miré con preocupación, y la asistenta le miró con preocupación, Esteban, que pasaba por allí, también miró con preocupación, y todos miramos con preocupación. Anker me cogió del brazo y me llevó a la habitación donde ambos dormíamos y hacíamos otras cosas para mayores de dieciocho años. “Sofisticada” Me dijo, agotado, sudando, herido “Me han atacado. Creo que ha sido Rover y su banda. No los he visto, no… dios, esto es peor de lo que pensaba”. Anker temía por su vida. Y yo, que soy una romántica bipolar pero no gilipollas, acabé contando mi sueño. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario