miércoles, 21 de marzo de 2012

Capítulo 18

Perdón por todo estar este tiempo sin estar publicando, creíamos que sí por programación. También ha habido un capitulo que se ha colado que es el de hoy xD pero subiremos dos para deleitaros. Aquí tenéis la historia de Sofisticada Gallardo Neira!

----o----


Alemania me enseñó todo lo que tenía que enseñarme en menos de un año. Hijos, andaba y deambulaba por las calles escuchando a los alemanes soltar escupitajos y decir alguna palabra impronunciable, pero lo que me fascinaba de ese lugar eran LOS CUERPAZOS QUE TENÍAN ESOS RUBIACOS. MADRE MÍA HIJA, SI LOS VIERAS, TE LOS FOLL… y continúo. S y yo ahora éramos compañeros de piso, y como tales podíamos traernos ligues a casa. Era raro, porque cuando lo hacíamos solíamos mirarnos mal, dar golpes a la pared del otro o prender la puerta para que saliera. No teníamos una buena convivencia, por lo que decidí mudarme no muy lejos de allí.

Estaba claro que nuestro comportamiento hablaba de un sentimiento que no queríamos aceptar y era más fácil jugar a la indiferencia… pero era tarde pensar en una nueva forma de replantearse lo que quiera que algún día tuviéramos. Me convencí de que algún día le quise… me había salvado la vida, no sé si eso era mucho o no… sabía que el tiempo con él era lo que me había devuelto la vida, o por lo menos alguna motivación para vivirla. Gracias. Fue lo último que pude y supe decirle. En cuanto a mi nuevo piso, encontré compañeras de piso españolas, de Erasmus y empecé una relación nueva y completamente renovada con el amigo de S.

Ah, es verdad, conocí a un tipo. No me acordaba hijos. Se llamaba Ismael Jrunfarsien, de padre español y madre alemana. A veces venía a ver a una de mis compañeras, Natalia se llamaba, y follaban. Mucho. Mi otra compañera se llamaba Casandra. Decía que veía visiones, a hombres y mujeres, dormitando en sus burbujas, con las mascaras del miedo… pero eso es otro tema, que por cierto, lo hice canción, interpretada por Ismael Serrano, quedó muy bonita… bueno, ESO NO ES LO IMPORTANTE. Callaos, putos niños. Isma y Natalia cortaron, no sé por qué, ni quiero saberlo. Me alegra no ser la razón, pero desde aquel día Isma y yo empezamos a llevarnos mucho mejor.

Isma y yo compartíamos aficiones, caricias, juegos, susurros... Pero había algo dentro de mi que, a pesar de los desfases con mis compañeras de piso, no me dejaba disfrutar de esa experiencia puramente universitaria llegada con retraso. Mi presentimiento de que algo me pasaba se vio cerciorado cuando una de las noches que salía con Isma a dar un paseo tranquilo, nos encontramos con S… S estaba muy cambiado, parecía mayor, con barbita de dos días, vaqueros y camisa desalineada y con un montón de partituras debajo del brazo. Nos cruzamos sin querer, fue solo un segundo el que pasó cuando sus ojos se cruzaron con los míos; él dejó caer una de las canciones a mi lado, yo la recogí. To Sofy…la última línea me lo decía todo: Y me das las gracias cuando soy yo quien llora por no seguir siendo contigo. Fue ahí cuando supe lo que me faltaba para ser feliz. Me faltaba él.

Corté con Isma. Lloró y dijo que por favor no le dejara, pero le tiré de la balsa. Sí, le dejé mientras dábamos un paseo en el mar este donde hace mucho frío y le abandoné allí. No supe de él después de eso. Volví a los brazos de S que me compuso otra canción, llamada “Sofia”. Me encantó el último verso, el cual escribimos juntos “Tu amor y el mío serán uno, pero para chulo chulo mi pirulo” Cada día le quería más.

No hay comentarios:

Publicar un comentario